
Todo ser humano es infinitamente imaginativo y creativo por naturaleza. A estas virtudes tan elementales se debe nuestra civilización, desde el descubrimiento del fuego, hasta las más grandes construcciones como el canal de Suez o la Estación Espacial Hubble. Ya una vez lo dijo Einstein : "La imaginación es más importante que el conocimiento". El conocimiento es limitado, se circunscribe a las estrictas normas del método científico. En cambio, la imaginación humana no tiene reglas ni límites. Somos capaces de crear belleza donde no la hay. Tomamos una roca y la moldeamos a nuestro antojo. Hacemos lo que la naturaleza no puede hacer por sí sola, como un simple clip, o un mondadientes. Creamos ciencia, idiomas, mitologías, juegos, gastronomía, e imperecederas obras de arte. Es decir, creamos cultura. Y con el ingenio particular de cada región, ésta se manifiesta como un hecho cotidiano.
Creatividad gráfica
Cada individuo plasma la creatividad a su manera. Los que nos interesamos en los medios gráficos de publicidad y propaganda, escogemos la profesión del diseño como el mágico pincel que nos convierte en los artistas de la comunicación moderna. Cada libro, afiche o empaque es el lienzo en blanco donde volcamos nuestra imaginación. Pero a diferencia del clásico artista que se jacta de su libertad, el diseñador gráfico se atiene a ciertas reglas que fijan el rumbo de su trabajo.
• En primer lugar, el grupo objetivo, tomando en cuenta el mercado, el tipo de gente, la clase social, su idiosincracia. El consumidor es diverso en edad, gustos, educación, sexo, creencias, región geográfica, rango social, capacidad adquisitiva, psicología, necesidades básicas y superfluas. Esta diversidad es el objeto de investigación del marketing, quien determina a quién y cómo va dirigida tal o cual publicidad. Dentro del cómo es que se incluye el diseño.
• Luego, la forma en que se diseña dicho objeto gráfico o campaña : seria, llamativa, humorística, educacional, elegante, popular, sentimental, etc. No sólo para llamar la atención del grupo objetivo, sino también para que éste se identifique con la persona, producto o servicio publicitado, y así éste encuentre su posicionamiento en la mente del consumidor, frente a la competencia.
• El fondo, ese metalenguaje que va más allá de la simple forma, aprovechando la sublimación que esconde cada signo, símbolo, ícono, palabra, color, imagen, tamaño, contraste, clave, proporción e infinidad de elementos semióticos que puede captar y procesar el cerebro.
• Y algunas veces, los requerimientos, gustos y necesidades propias del cliente.
Huelga decir que el diseño gráfico, más que un necesario e interesante proceso creativo, es una fascinante aventura que comienza como un reto, y nunca termina debido a la constante evolución del producto y el mercado, y cuya gratificación no sólo está en la remuneración, sino también en el incesante descubrimiento de algo nuevo.
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